NARRADOR:
Señores: La comedia que vais a escuchar es
humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña
su corazón. Hoy, imágono presenta
"El maleficio de la mariposa" de Federico García Lorca, adaptada para
"La estrella fundida". Saben, el amor, lo mismo que pasa con sus
burlas y fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión por una
escondida pradera. El día en que un joven de la aldea descifró con dificultad
los enigmas de las estrellas, la muerte se disfrazó de amor y el enamorado
bichito, se murió. Un viejo silfo del bosque escapado de un libro del gran
Shakespeare me preguntó un día que ¿Por qué nos causan repugnancia algunos
insectos limpios y brillantes que se mueven graciosamente entre las hierbas? ¿Y
por qué a nosotros los hombres, llenos de pecados y de vicios incurables, nos
inspiran asco los buenos gusanos que se pasean tranquilamente por la pradera y
tomando el sol en la mañana tibia? ¿Qué motivo tenemos para despreciar lo
ínfimo de la Naturaleza? Mientras que no améis profundamente a la piedra y al
gusano no entraréis en el reino de Dios. Y nada más dijo el viejo Silfo del
Bosque.
DOÑA CURIANA:
Pensad hijo mío que por la poesía
Podríais coger una pulmonía
Que haría pedazos
Tu sabiduría.
Tendríamos todas mucho que sentir...
Mi hijo anda enamorado
Pensé que de Silvia quizá
Según él, de algo que nunca tendrá,
Va a ser una poeta,
Y no es nada extraño
Su padre lo fue.
Menudo desengaño me llevé yo con él.
Me decía la enamorada de Silvia
Que le deleitan
Su cuerpo chico y sus ojos
Soñadores de poeta.
Tiene un lunar amarillo
Sobre su pata derecha,
Y amarillas son las puntas
Divinas de sus antenas.
Así es mi hijo
CURIANITO:
Que no que no y que no, madre
Que ya os he dicho mil veces
Que no quiero casarme.
DOÑA CURIANA:
(Llorando.)
Tú lo que tienes
ganas es de martirizarme.
CURIANITO:
Yo no la quiero,
madre.
DONA CURIANA:
Pero si eso es
igual...
CURIANITO:
Sin amor no me
caso.
DONA CURIANA:
Ella tiene un
cristal
Precioso, que
encontró
Un día su
abuelo,
Muy azul; el
creyó
Que era un trozo
de cielo.
Tiene casa
espaciosa,
El troje bien
repleto.
¡Mira, si es una
sosa!
¡Requiébrala
discreto!
Dile que te
enamora
Su carita de
estrella;
Que te pasas las
horas
Sólo pensando en
ella.
¡Te tienes que
casar!
(En voz alta)
Hazlo sólo por mí.
Mi madre insiste
en que me case
Y mi ilusión está
prendida
En la estrella
que parece una flor.
Si se seca con un
rayo de sol,
Yo le daré el
agua clara para calmar su ardor.
(Explosión. Una mariposa cae)
NARRADOR:
De un incierto
lugar, a una bella mariposa le tocó fundirse y caer rendida a los pies de la
pradera donde meditaba nuestro joven atildado, cautivado por sus alas de blanquísima
seda y aspirando el aroma de traje con que viste.
MARIPOSA:
Quiero volar, el
hilo es largo
NARRADOR:
La mariposa sale
de su letargo.
MARIPOSA:
El hilo va a la
estrella donde está mi tesoro.
Mis alas son de
plata,
Mi corazón es de
oro;
El hilo está
soñando
Con su vibrar
sonoro...
CURIANITO:
(Declamando
donjuanescamente)
¿Qué tengo en mi
cabeza?
¿Qué madejas de
amores me ha enredado aquí el viento?
¿Por qué ya se
marchita la flor de mi pureza
mientras otra
flor nace
dentro del
pensamiento?
(La mariposa duerme)
Era el tiempo
dichoso de mis versos tranquilos,
pero a mi puerta
un hada
ha llegado
vestida de nieve transparente
para quitarme el
alma.
¿Qué haré sobre
estos prados sin amor y sin besos?
¿Me arrojaré a las aguas?
Pero pienso en el mundo con que mi madre sueña,
Un mundo de
alegría más allá de esas ramas,
Lleno de
ruiseñores y de prados inmensos,
El mundo del
rocío,
Donde el amor no
acaba.
(La mariposa danza)
¿Quieres volar?
Hay mucha sombra encima
Y tienes rota un
ala.
Con besos curaré
tus heridas
Si conmigo te
casas.
Y un ruiseñor
inmenso que es amigo mío
Nos llevará
volando en la mañana.
No insistas en
volar. Es noche.
La sombra es el
peso que nos duerme.
Es muy sutil y
aplasta
(La mariposa cae al suelo)
Sin ti mi corazón
se está secando.
Escucha mis
palabras.
No pienses en
volar hacia los montes
y quédate en mi
casa.
Tienes el cuerpo
frío. Ven conmigo,
que es mi cueva
templada
Y desde allí
verás el prado verde
Perderse en la
distancia.
(La mariposa se aparta bruscamente y danza)
¿No tienes
corazón? ¿No te ha quemado
la luz de mis
palabras?
¿Entonces a quién
cuento mis pesares?
¿Por qué si tiene
el agua
fresca sombra en
estío y la tiniebla
de la noche se
aclara
con los ojos sin
fin de las estrellas
no tiene amor mi
alma?
Quién me puso
estos ojos que no quiero
y estas manos que
tratan
de prender un
amor que no comprendo?
¡Y con mi vida
acaba!
¿Quién me pierde
entre sombras?
¿Quién me manda
sufrir sin tener alas?
(Suena una estrepitosa tormenta)
¡Bravo!
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