1.
Acéptalo.
- ¿Alguna vez has logrado algo en la vida?
- No. Nunca.
- ¿Y eso por
qué?
- Porque
siempre me he dejado arrastrar por el suelo. Me han pisado, me han herido… me
han jodido bien.
- La vida es
una puta, colega. Acéptalo.
- No hay más
remedio que saltar al agua, dejarse los huevos, y soplar contra viento y marea
Bienvenidos a la
estrella fundida.
2.
Pulmones.
Cosas pequeñas. Cojámoslas todas. Un armario, peluches sin
pulmones, caballos sin sentimientos, balancines corruptos. Furia. Amor. Cojamos
cosas pequeñas, tantas como quepan en tu imaginación, y hagamos algo grande.
Podemos porque no existen las fronteras. Boca en la tierra nos percatamos de
que todo acaba y nos decimos adiós, sabiendo que se trataba de un Hasta la
vista. Pues yo te digo: Hasta pronto.
3. Contratiempo.
Tengo el tiempo en contra, el reloj roto y las lágrimas secas. He
salido a la calle desecho, aplastado, pero aun así, mis pies caminan. No sé
hacia donde, la verdad, pero ellos caminan, no paran de moverse. Aparco la
mirada en una esquina y me pierdo entre la gente. Cabizbajo, las hojas caen
sobre mí. Palabras estúpidas, tipos caminando hacia ninguna parte, hojas de
periódicos perdidas por el suelo, arrastradas por este puto viento invernal que
me congela el alma. Sé que esta es mi última tirada, que sólo me queda un
segundo, y que luego, el juego terminará. No sé cómo será el final de todo
esto. Pero al menos, quiero que todos ellos sepan que jugué, que seguí jugando,
y que no dejé de jugar hasta el momento en que vi necesario aceptar la
derrota.
4.
Expansión.
El universo se aburre de su expansión. Hoy ha decidido contraerse,
para ver si dejas de roer sus entrañas, que proyectan videos en una caverna.
Videos de una bici sin destino con el eterno movimiento del acompañado
universo. Camino por la vida hacia la muerte, pero no estoy solo. Estoy yo, que
camino con Migo.
5. Negocios.
Jugando al parchís perdí todo mi dinero, y ahora vago por las
calles abrazando farolas sin nombre. Solo hay una forma de escapar, y es
gritarle al sol que se acueste, que se vaya a la cama de una puta vez. Si no me
vigilan mis sentidos, me escaparé por la ventana despacito, cruzaré la calle y
romperé el tablero. Recuperaré el dinero, lo juro, y te invitaré a una copa.
Tal vez te compre bombones, un ramo de flores, o quizá alquile tu paciencia por
un rato. 5 minutos a tu lado, sentados en el banco. ¿Cuánto serías capaz de
cobrarme?
6.
Exigencias.
Miré las sucias cortinas, el líquido que sobraba salía de mí. Me
derretía como inculto futuro que absorbía tus pensamientos. Lo que quedaba de
ti se multiplicaba por tres cuando exigía amor la razón al corazón. Que viva el
amor de tus arterias a tus venas.
7. Fundición.
Estoy quemándome. Ardiendo. Hay fuego en la punta de mis dedos.
Olor a carne quemada. Ceniza. Humo. Pero no hago nada. Ni me inmuto.
Simplemente fluyo con el fuego, dejo que mi cuerpo arda, que se queme. ¿Para
qué coño voy a intentar apagarlo? ¿Qué voy a conseguir con eso? ¿Otro día más
aquí, otra estúpida conversación, otro desayuno a las 7 de la mañana? ¿Lavarme
los dientes como cada puto día, darme una ducha, escuchar una y otra vez el
despertador durante cuarenta minutos hasta lograr salir de la cama? ¿Mirarte a
los ojos, sonreír falsamente, quererte a oscuras? Paso. El fuego derrite mis
ojos. Ya no te veo. Ya no te miro. Ya no sonrío falsamente. Ya no te quiero. Ni
a oscuras.
8. La
posición que te mereces.
¿Qué haces tan abajo?
No sé. La vida me ha depositado aquí
¿Estás tan abajo que ves el suelo?
Sí. A veces no nos queda otra que acarrear con
nuestra posición.
Lo entiendo, pero después del suelo está el
cielo
Es tan lejano...
No seas tonto, levántate y sube a la posición
que te mereces.
9. Rotos.
Tengo un castillo de arena roto, los dientes partidos, el corazón
hecho pedazos, las manos frías, congeladas, la voz sin vida, la vida: sin
muerte, el tiempo sin reloj, el alma en pena, y los ojos siempre perdidos en
la niebla.
10. Estrella.
Las gafas son los barrotes de la vida que representan la cárcel en
la que vivimos. Llego a Múnich, o a Berlín o Gante, pero da igual porque voy
rodeado de 3 bicicletas que me llevan a los andes que andan andantes por un
rumbo hacia los andantes mundos del fin. La cabeza te atormenta como si
consiguieras llegar a nosotros por ver como el sol se deshace, como una estrella
fundida.
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